A la hora de adelgazar debemos de cambiar hábitos, pero no eliminar alimentos de la dieta. Es cierto que hay una serie de alimentos
que son los que desequilibran la dieta: bollería, azúcares, grasas y
similares, pero exterminarlos puede hacer la dieta insufrible.
Uno
de los argumentos que los dietistas usamos para no quitar alimentos de
la dieta es la sensación de ansiedad que esto crea, el saber que de
ninguna manera puedes tocar esos alimentos, que desemboca en una
situación de estrés que a su vez provoca más hambre y apetencia por esos alimentos, un círculo vicioso en toda regla.
Aunque
el ejemplo que pongo a continuación sea algo dispar, con la comida nos
pasa como a un fumador, no podemos dejar el hábito de un día para otro,
necesitamos un periodo de adapatación donde vamos reduciendo
paulatinamente esa sustancia que nos proporciona satisfacción.
La
idea es no eliminar esos alimentos que arruinan nuestra dieta pero
reducir su consumo a cantidades razonables y acostumbrarnos a que son
alimentos esporádicos y con los que tenemos que limitar sus cantidades.
En
dietética el camino de seguir una dieta estricta ya queda lejos, hace
tiempo que se cogió la ruta del cambio de hábitos y la alimentación
inteligente, sabiendo qué se debe comer y qué se debe evitar, de esto
sabe mucho tu nevera y tu despensa, por eso son los primeros lugares que
tienes que revisar si quieres perder peso.