domingo, 23 de febrero de 2014

LA CURCUMA.

La cúrcuma es una planta originaria de alguna región entre el sudeste asiático y la India, aunque actualmente se cultiva en varias partes del mundo donde el clima sea cálido y húmedo. Se trata de una planta con una historia milenaria. La cúrcuma ha sido utilizada, tanto en la cocina como sazonador de alimentos, como en la medicina para remedio de males, desde hace más de 4000 años.
El nombre científico de la cúrcuma es Curcuma longa y es una planta perenne que pertenece a la familia del jengibre. Tiene tallos gruesos y carnosos; puede crecer hasta convertirse en un arbusto de más de 1 m, con hojas verde oscuro y flores de colores amarillo, blanco y violeta.
CURCUMA
Hoy en día la cúrcuma sigue teniendo las mismas aplicaciones y propiedades que desde hace miles de años, aunque se han descubierto muchos beneficios más de esta formidable planta.
Dado que posee un color amarillo intenso, se emplea como un colorante natural para los alimentos; y en muchos casos, es la raíz de esta planta el secreto de la coloración y sabor de diversas salsas y guisos muy característicos del Medio Oriente, como el curry.

¿Para qué sirve la cúrcuma?

Diversas partes de la planta son útiles para agregar tanto sabor como color a muchas recetas culinarias, principalmente de las regiones donde se cultiva la cúrcuma. Y en cuanto al área medicinal, la planta tiene grandes propiedades como
  • La curcuma posee propiedades para combatir desde infecciones hasta el cáncer gracias a las propiedades antiinflamatorias con las que cuenta.
  • Otra de las propiedades de la cúrcuma se debe a un polifenólico llamado curcumina que posee cualidades antibacterianas y antisépticas.
  • El consumo regular de La cúrcuma tiene beneficios en personas con enfermedades gastrointestinales y con padecimientos de la piel
  • La cúrcuma resulta beneficiosa en el tratamiento in vitro de células cancerígenas.
  • La cúrcuma puede proteger el hígado y regular la actividad de la vesícula biliar
  • Las propiedades antiinflamatorias de la cúrcuma pueden ayudar a combatir la artritis, enfermedades reumatoideas y dolores musculares
  • Las poblaciones que tradicionalmente consumen cúrcuma como parte de su dieta, son menos propensos a padecer Alzheimer

lunes, 3 de febrero de 2014

HIPERTROFIA MUSCULAR.

JOAN BIEL.
 Al finalizar varias series de un ejercicio (sobre todo cuando se manejan cargas ya significativas) notarás como el músculo ha crecido de tamaño, está mas voluminoso, aumenta la vascularización e incluso puedes percibir una limitación en la movilidad. Muchas personas piensan que esto es una hipertrofia muscular en toda regla y que el músculo comenzará a crecer sin parar cada vez que entrenen la fuerza.

Pero esto es tan solo una ilusión, hay que tener claro que esto es tan solo un efecto momentáneo, un ajuste, una “huella fisiológica” que desaparece al poco tiempo de dejar de aplicar la carga de entrenamiento. Esto tiene su explicación y desde luego, no es un aumento de la masa muscular, de las unidades contráctiles, este proceso jamás sucede de forma inmediata, pero no solo esto, sino que además, en contra de lo que se suele pensar, un excesivo trabajo de congestión muscular limitará el desarrollo muscular.

Con las contracciones musculares repetidas la demanda metabólica del músculo aumenta; necesita nutrientes, moléculas para la actividad metabólica, expulsa productos de desecho, etc., y quien se encarga de favorecer estos procesos es la sangre, en ella van todos los productos que el músculo necesita, por tanto, cuando activamos un músculo la sangre acude allí, es lo que se denomina la “redistribución del flujo sanguíneo”. Por una parte acude mayor cantidad de sangre, pero además, debido a la intensidad de las contracciones se produce una oclusión del flujo, el resultado después de varias contracciones es que el músculo se llena de sangre y se produce una congestión muscular local momentánea. Es decir, el músculo aumenta de tamaño por un aporte extra de sangre que se queda retenida, por esta razón aumenta su volumen y los capilares de la zona.

Esta estrategia de aumento momentáneo del volumen y la vascularización del músculo la utilizan muchos culturistas justo antes de salir a competir. Realizan varias contracciones intensas (normalmente con un tensor o con una toalla con el compañero) para conseguir bombear sangre al músculo y salir al escenario con el músculo grande y voluminoso. Normalmente suelen hacerlo en los músculos del brazo; bíceps y tríceps.

Se puede comprobar como a los pocos minutos de finalizar el entrenamiento, esa sangre sale del músculo y vuelve a su volumen original. Muchos culturistas piensan equivocadamente que este efecto momentáneo produce una hipertrofia duradera, así que vuelven a realizar otro ejercicio más, unas series extras, sin embargo esto tan solo conseguirá agotar al músculo y reducir su recuperación, ya que estaremos limitando el riego sanguíneo al prolongar esta congestión muscular local. Y por otra parte se pasa a un trabajo mas de resistencia a la fuerza que de fuerza submáxima, el resultado final es un tipo de entrenamiento poco efectivo.

Para resumir y aunque puede provocar cierta confusión, lo cierto es que la congestión muscular no es la responsable del desarrollo de la masa muscular, pero sin congestión no es posible la hipertrofia. Os explicaré esta frase para que así finalmente, tengamos una visión clara de este principio veterano en el mundo del culturismo.

Para conseguir un entrenamiento suficiente que estimule al desarrollo muscular, es necesaria una contracción muscular intensa ya que a mayor intensidad, mayor daño estructural y consecuentemente, mayor regeneración del tejido muscular y ya apuntaba anteriormente que una de las causas que produce la citada congestión muscular son las contracciones musculares intensas, que llegan a producir una oclusión del flujo sanguíneo, por tanto el que exista una congestión muscular será indicativo de que se alcanza una contracción lo suficientemente intensa como para producir el estimulo de hipertrofia deseado. Así que cuando realices tus series y notes como se produce una congestión muscular, piensa en que habrás utilizado una intensidad adecuada, el entrenamiento ha sido efectivo, al final la congestión muscular es solo un efecto pero no una finalidad. Es más, una vez que se consigue la congestión, es muy efectivo relajar al músculo, movilizarlo, “sacudirlo”, con la intención de eliminar esa congestión cuanto antes, si favorecemos la circulación, conseguiremos que el músculo se limpie de metabolitos de desechos, elimine acidez, y consiga nuevos aportes de energía con la sangre nueva, pero si no favorecemos este flujo continuo y se mantiene la congestión para la siguiente serie, tan solo estaremos limitando la capacidad de trabajo del músculo y con ello el rendimiento.

Si llegados a este punto, donde el músculo ha recibido su estímulo de intensidad y se encuentra congestionado, te decides por añadir un ejercicio más, unas series extras, para continuar con esa congestión muscular y llenar tu ego viendo como tu músculo se llena hasta notar que casi explota de sangre, entonces tu ego será muy elevado pero tu entrenamiento habrá dejado de ser efectivo. Con estas series extras, si, conseguirás quizás mas congestión pero desde luego no mayor hipertrofia, conseguirás vaciar al músculo de glucógeno, fatigarlo hasta la extenuación, llenarlo de ácido láctico, conseguir mayor inflamación y todo esto, tan solo repercutirá en una recuperación más prolongada, un sobreentrenamiento, un daño en los componentes estructurales y tu lesión no tardará en aparecer. Son lo típicos que se tiran horas y horas en el gimnasio “bombeando” al músculo y al final, no consiguen una hipertrofia muscular y si un sobreentrenamiento con alguna lesión.