Cuando
finalmente muchas personas logran bajar de peso, se encuentran ante una
nueva situación: flacidez en su piel. Especialmente en áreas como el
abdomen, piernas, brazos y papada. Esto es algo que no ocurre a todos
los individuos que bajan de peso, depende en gran medida de la
condición y elasticidad de la piel, antes de someterse a la pérdida de
peso. De igual manera factores como la cantidad de peso perdido y la
velocidad con la cual se perdió, son determinantes.
Mientras más rápido se baja de peso, menos tiempo tienen los tejidos
para ir recuperando su tono y forma.
En su gran mayoría las personas con obesidad u obesidad mórbida, sufren
de flacidez luego de perder gran cantidad de peso.
Lo
ideal para evitar esta condición, es bajar de peso lentamente, a un
ritmo no mayor de 2 kilos por semana. Las dietas que hacen perder peso
muy rápido, además de ser peligrosas y provocar el efecto rebote, son
causantes de la flacidez en la piel.
Factores como la edad y el
tiempo que la persona ha permanecido con obesidad, también influyen
directamente, pues con los años la piel pierde elasticidad.
La
mejor estrategia para evitar la flacidez al momento de tomar la
decisión de bajar de peso, es HACER EJERCICIO mientras se sigue la
dieta. De esta manera los tejidos se irán reacomodando progresivamente
y ajustándose a la nueva forma del cuerpo.
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