Cuando alguien me pregunta qué puede hacer para adelgazar pero sin hacer
dietas estrictas yo siempre respondo lo mismo: cambia tu cena. La cena
es una comida clave para adelgazar, primero porque después de la cena
nuestro cuerpo apenas necesita energía y segundo porque mientras
dormimos, si hemos cenado poco la energía que se consume tirará de
reservas.
Una cena debe aportar el 15-20% de la energía que necesitamos al día, algo que solemos sobrepasar. La cena debe ser ligera y justa en calorías, sin embargo hay mucha cultura de cenar fuerte, siendo a veces la comida más fuerte del día. Muchas veces desayunamos y almorzamos poco po falta de tiempo, sin embargo en la cena no tenemos prisa y si se junta con ganas de comer el ecosistema es perfecto para acumular calorías.Es falso que tengamos que prohibir los hidratos de carbono en la cena, simplemente tenemos que saber cuáles elegir. Tenemos que primar los hidratos complejos procedentes de los vegetales y verduras sobre la pasta, pan y arroz. Y en la medida de lo posible hay que evitar los alimentos con exceso de azúcares.
En la cena hay que centrarse sobre todo en las proteínas, que provengan de alimentos con poca grasa. Aquí tenemos muchas opciones: pechuga, pavo, salmón, merluza, bacalao, langostinos, carne roja baja en grasa…la idea es evitar la grasa en todo lo posible y minimizar los hidratos de carbono, que como decimos, ya no van a ser necesarios a estas horas.
Con el simple cambio de hacer una cena más limpia hay personas que consiguen reducir esos pocos kilos que le sobran, sin dietas estrictas y sin eliminar alimentos de la dieta. No debemos olvidar el refrán: “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”.
Una cena debe aportar el 15-20% de la energía que necesitamos al día, algo que solemos sobrepasar. La cena debe ser ligera y justa en calorías, sin embargo hay mucha cultura de cenar fuerte, siendo a veces la comida más fuerte del día. Muchas veces desayunamos y almorzamos poco po falta de tiempo, sin embargo en la cena no tenemos prisa y si se junta con ganas de comer el ecosistema es perfecto para acumular calorías.Es falso que tengamos que prohibir los hidratos de carbono en la cena, simplemente tenemos que saber cuáles elegir. Tenemos que primar los hidratos complejos procedentes de los vegetales y verduras sobre la pasta, pan y arroz. Y en la medida de lo posible hay que evitar los alimentos con exceso de azúcares.
En la cena hay que centrarse sobre todo en las proteínas, que provengan de alimentos con poca grasa. Aquí tenemos muchas opciones: pechuga, pavo, salmón, merluza, bacalao, langostinos, carne roja baja en grasa…la idea es evitar la grasa en todo lo posible y minimizar los hidratos de carbono, que como decimos, ya no van a ser necesarios a estas horas.
Con el simple cambio de hacer una cena más limpia hay personas que consiguen reducir esos pocos kilos que le sobran, sin dietas estrictas y sin eliminar alimentos de la dieta. No debemos olvidar el refrán: “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”.
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