jueves, 12 de septiembre de 2013

LOS ANTIOXIDANTES.

Cuando realizamos ejercicio físico desencadenamos un proceso de oxigenación imprescindible para que las células de nuestro organismo puedan obtener la energía que necesitan y así poder hacer frente al entrenamiento.
En condiciones de esfuerzo y en ejercicios duraderos, se puede llegar a consumir un valor de oxígeno de doce a veinte veces superior al de una persona sedentaria.

Este consumo mayor de oxígeno en momentos de mayor esfuerzo, es el responsable de un exceso de producción de radicales libres, con el consiguiente daño celular de tipo oxidativo, conocido como “stress oxidativo” que hay que tener en cuenta para poder frenarlo.

Un exceso de radicales libres acelera el proceso de envejecimiento de nuestro organismo y puede provocar lesiones y enfermedades al disminuir las defensas: problemas en el sistema cardiovascular, desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, incremento del riesgo de desarrollar tumores… En los deportistas origina además un daño muscular que se traduce en dolor y sensación de inflamación, a la vez que frena la recuperación del glucógeno del músculo.

Una persona joven, sana y bien entrenada, se puede defender perfectamente de este exceso de radicales libres incrementando la producción y la actividad de los sistemas enzimáticos endógenos (superóxido dismutasas, glutatión peroxidasas y catalasas) capaces de neutralizar gran parte de estas moléculas inestables, ayudados también por una correcta ingesta de las vitaminas E y C, el betacaroteno, minerales como el Zinc, Selenio o el Cobre y otras sustancias antioxidantes como ALA, flavonoides, Coq-10, etc.

Por eso, para mantener un buen estado de salud y un alto rendimiento deportivo hay que lograr un equilibrio entre los mecanismos que generan estos radicales libres y los que los neutralizan, que son las sustancias antioxidantes que podemos encontrar en muchos alimentos, principalmente frutas, verduras y hortalizas, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva y en algunos suplementos.

Los antioxidantes después del ejercicio ayudan a acelerar el proceso de recuperación y a incrementar las defensas ya que mejoran el funcionamiento del sistema inmunológico.

Los antioxidantes también juegan un papel importante en la prevención y recuperación de lesiones, debido a la influencia de los radicales libres en el proceso de inflamación. Dosis adecuadas de antioxidantes ayudan en la recuperación de procesos inflamatorios postraumáticos y a la hora de aliviar pequeñas lesiones.

Tener unas células más jóvenes y de mejor calidad nos garantizará una mejor salud por mucho más tiempo lo que se traducirá en un mayor rendimiento físico.

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