Ante todo, conviene señalar que el ejercicio físico
no es la fórmula mágica que permite prevenir y tratar los dolores
de espalda. Sin embargo, se ha demostrado que las personas que tienen pobres
valores de fuerza de extensión del tronco, de fuerza en los pectorales
y poco equilibrio y resistencia aeróbica, suelen tener más dolores
de espalda o perciben que su espalda no funciona normalmente. Además,
se ha observado que las personas que hacen ejercicio físico de modo frecuente
pero no intenso, tienen menos episodios de dolor de espalda que las personas
sedentarias. Por último, algunos estudios han encontrado una reducción
muy importante de los dolores de espalda en sujetos sometidos a entrenamientos
intensos de fuerza de los músculos abdominales y de la espalda, Por ello,
se recomienda que las personas que hayan tenido un episodio de dolor de espalda,
o quieran prevenirlo, realicen un programa de ejercicio físico. Este
programa, es muy similar al recomendado a la población que no ha tenido
dolores de espalda, aunque hay que respetar algunas peculiaridades.
Siempre acudir a buenos profesionales para dejarnos aconsejar y llevar un seguimiento.
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