lunes, 16 de mayo de 2011

¿HAY QUE COMER MENOS PARA PERDER PESO?

Para producir una reducción del peso corporal es necesario un "desequilibrio" entre la cantidad de energía (calorías) que gasta y las que consume. La idea es que la cantidad de calorías gastadas (debido a su metabolismo, las actividades que realiza durante el día y el ejercicio programado) sea superior a las que ingiere a través de la comida. Igualmente, este desequilibrio puede lograrse reduciendo los alimentos que consume a diario.
Basándonos en esta premisa calórica, es mucho más fácil producir un déficit de energía cuando controlamos la ingesta de alimentos que cuando hacemos actividad física. Por ejemplo, 2 rebanadas de queso amarillo (30 gramos c/u) contienen alrededor de 230 calorías. Gastar esas calorías haciendo actividad física implicaría caminar a paso moderado durante 50 minutos (para una persona de 71 kilogramos de peso). Sin duda, es mucho más fácil evitar comer esas rebanadas para quitarse calorías de encima.
Igualmente, cada kilogramo de tejido adiposo almacena alrededor de 7,000 calorías y sí logramos que esta persona camine 5 días a la semana (230 calorías cada día), gastaría 1,150 calorías cada semana, lo que produciría una pérdida de peso de tan solo 1 kilogramo de tejido adiposo en 6 semanas. Sin duda, una velocidad de reducción de peso nada alentadora para alguien que está perdiendo su ropa.
Sin embargo, reducir el peso corporal con actividad física solamente es posible, pero es necesario realizar sesiones de entrenamiento prolongadas y de alta intensidad, las cuales muchas de las personas sedentarias y con sobrepeso no están en capacidad de realizar. Además, le podrían producir lesiones que lo alejarían aun más de la actividad física.

¿Entonces para que el ejercicio?

Si bien la pérdida de peso se puede lograr más fácilmente reduciendo la ingesta de alimentos, el ejercicio ayuda a producir un balance calórico negativo, lo cual permite que las personas pierdan algo adicional de grasa corporal. Pero quizás lo más importante es que las personas que realizan actividad física tienen un mejor pronóstico para no volver a ganar esos kilos perdidos. Es decir, las personas activas mantienen el peso perdido durante más tiempo y esto sin duda es mucho más importante que reducir unos cuantos kilos y volverlos a recuperar rápidamente.
Otro de los efectos beneficiosos de realizar actividad física es que permite mejorar la composición corporal. Esto último se refiere a que cuando usted realiza actividad física estimula a sus músculos para que se mantengan en su lugar y no los pierda con los kilos que se está quitando. El resultado será una mejor apariencia física (menos tejidos colgando) y una tasa metabólica ligeramente superior (ya que el músculo tiene un metabolismo elevado en comparación con otros tejidos). Inclusive las personas que no pierden peso pueden beneficiarse del ejercicio obteniendo provechos adicionales para su salud que van más allá del valor de la balanza (Ej. mejor tolerancia a la glucosa, menores niveles de lípidos sanguíneos, etc.).
En conclusión, la pérdida de peso producida cuando se hace ejercicio solamente es poco alentadora a corto plazo. Sin embargo, modificando la ingesta de alimentos y combinándola con el ejercicio, se obtiene el método más efectivo para la pérdida de peso a largo plazo.

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